jueves, 10 de julio de 2014

Un fenómeno llamado “Gente Colombiana”.

La historia la escribimos nosotros cada día.


A lo escrito en las páginas de la historia de la humanidad por Gabriel García Márquez con su pluma, a quien en nuestros días añoramos, y lloramos aún, por cuanto es muy reciente la perdida para nosotros. 

A lo ya hecho por Shakira, que aún me eriza la piel al escucharla cantar; y no tanto por su voz única e inconfundible, ni tanto por la letra de sus canciones. Sino, por lo orgulloso que me siento de ella al verla en escenarios de talla mundialista; y sus videos musicales tan artísticos, llenos de talento en su danza, su actuación y su cantar.  Es una leyenda viva.  Hermosa, fantástica, inconfundible, y con un corazón enamorado de las niñas y niños de nuestro país.  Toda una “Idol”  digna de imitación.

A lo ya recorrido por Juanes, y Carlos Vives en el mundo de la música, y a la bella voz de el único cantante colombiano invitado a ser “el cantante” en la Casa Blanca en Estados Unidos… Cabas.

Súmenle a la buena presentación de la selección de fútbol de Colombia en Brasil, la de James Rodríguez (para mí, el mejor jugador del mundo hoy por hoy) en España,  la de Nairo Quintana, Rigoberto Urán en Italia, y Arredondo en el ciclismo de élite; Juan Pablo Montoya en la Formula uno, la Nascar, y ahora en la Cart, Huertas y Muñoz en la Indycar, la representación de Yonny Hernandez en la moto GP, el campeonato mundial de micro-fútbol femenino 2013, los innumerables triunfos en patinaje, y los ya muy conocidos e inolvidables alcances en los Olímpicos como el de Caterine Ibarguen en el salto largo, por estos días nominada a la mejor deportista iberoaméricana, Diego Salazar Quintero, Mariana Pajón y María Isabel Urrutia entre otros…  Agréguenle el talento tan reconocido a nivel mundial de actores y actrices que se destacan hoy en Hollywood como la admirada Sofía Vergara o en las artes, las obras de Botero que ya son un referente mundial.

Y es que no solo la música y el deporte Colombiano vienen cambiando la imagen de nuestro país ante el mundo de una manera positiva; no solo estamos presenciando la mejor generación de deportistas y artistas de todos los tiempos.  También nuestras reinas de belleza hacen de sí mismas, la encarnación de las Diosas del Olimpo.  Porque no es solo genética, dejenme decirlo; ahí también hay mucho sacrificio; horas de gimnasio y dietas interminables, estudios y preparación de primera.  En fin...

Estamos asistiendo al despertar de un país entero que emprende incansablemente en busca del éxito, de la buena fama, del orgullo patrio, de sembrar el camino para que las nuevas generaciones lo recorran con flores silvestres a la vista, aguas que reflejen el paisaje y aire limpio por do quier.  Es decir, que aquellos que están por nacer  “no se hallen en el mundo vergonzoso, lleno de violencia y de tristeza como aquél en el que a muchos de nosotros les tocó morir”, aquél en el que aún tenemos que sobrevivir y sufrir.

Colombia no es simplemente un país de tierras lindas, fructíferas, y arborizadas para que el mundo respire mejor… es un cúmulo de almas que se esfuerzan al máximo de sus capacidades, de sus energías, y de sus pensamientos y estrategias, para resurgir de la muerte política y económica en donde nos han querido confinar.

Colombia ya no es la tierra del olvido (como dice Carlitos Vives) donde nos han deseado preservar las potencias mundiales, y de, el patio trasero para recolectar droga donde nos han estratificado a nivel internacional.   ¡Ya no!  Ya no porque ya no lo aceptamos.  Para nosotros los colombianos de bien, que somos 46’935.234 (por decirlo así), contra unos pocos miles que pretenden seguir defendiendo una guerra ilegitima; destruyendo nuestros suelos, y con ellos, nuestros sueños y más preciados anhelos. 

Somos casi 47’000.000 de seres humanos que hemos dicho “Basta”.  No solo desde las urnas, donde depositamos nuestra confianza en el gobierno de turno, de quien esperamos haga lo propio.  Que haga lo que cristo Jesús dijo: “hasta la sangre y la vida por salvaros del calvario”  (aquellas palabras a las que se refiere nuestro inmaculado himno nacional elevado y entonado febrilmente por aquellos que lo han cantado rasgando su voz en presencia del mundo entero pidiendo que lo comprendamos)…

Así es, tal y como: ¡Hoy es el último día para muchos, y el primero para otros tantos!  Nosotros los colombianos, estamos luchando en una especie de consciencia colectiva por lograr que ese día, sea el mejor para ellos, y para nosotros… cada día… y en cada caso.

Yo, también he hecho lo propio.  He luchado incansablemente por dejar el nombre de la tierra que me vio nacer, por todo lo alto; para beneficio de aquellos que vendrán en el futuro, aquello a lo que la sociedad llama: el bien común… y tú… ¿ya has hecho algo?  Si aún no te has sumado… ¡emprende!



martes, 8 de julio de 2014

El fútbol

Teoría económica y política.


Teoría  económica.


Cuando vemos un mundial de fútbol, buscamos canales de televisión que den los partidos, luego buscamos canales que hablen sobre esos partidos, y luego de ello… nos reunimos con amigos a discutir las jugadas, los casi goles y los goles…  Cómo lo hicieron, y cómo hubiese sido mejor… En fin. 
Todo el mundo habla de ello, a todo el mundo le agrada hablar de ello; y los que no saben de fútbol, quisieran hablar sobre ello.

EL fútbol es un motor económico que cada día tiene mayor auge.  Por ejemplo: Fijémonos cómo hace 30 años o 20 años, vender a un jugador era muy difícil, muy complicado o muy esporádico. Hoy vemos que ya es mucho más común. Sí el jugador tiene talento, no necesita llegar a un mundial para mostrarse como sucedía hace 30 años, para que los clubes internacionales lo adquirieran por una fuerte suma. En el presente, esa estancia de la negociación se da incluso cuando hay jugadores talentosos desde la B. Bueno, si es que los dirigentes están interezados en vender jugadores...

Un ejemplo de ello lo vemos en el América de Cali. Lleva en la B demaciado tiempo, pareciera que a los dirigentes solo les intereza sanear las deudas del equipo que darle gusto a la inchada. Pero, ¿para qué van a querer subir si aunque no inviertan en jugadores de talento, siguen llenando estadios? Y ¡a muy bajos costos! Yo también lo haría desde el punto de vista financiero. Pero sus fans, algún día se darán cuenta de ello y pedirán la primera A con su ausencia en los estadios (supongo).

Lo que si es innegable es que los equipos del mundo saben sacar ventaja de la vitrina que representa ser visto en un mundial, aunque otros saquen ventaja al contrario, como la mechita.
Hay unos pocos países, directores, técnicos o directivas de clubes que saben aplicar la teoría económica que quiero mostrarles.

Observemos por ejemplo a Brasil. Juegue bien o juegue mal, siempre había sido el favorito a quedarse con la copa. Y he dicho había, porque en esta copa 2.014, asistimos a la infámia; lo que sucedió con aquel partido en el que Colombia fue vil mente frenado por Brasil a guallo templado con la complicidad del arbitro, y luego corroborando que en realidad no tenía fútbol para ganarle a Colombia al caer de manera humillante ante Alemania y también con Holanda ¡dudo mucho que ello sea olvidado! Y mucho menos por el pueblo colombiano que aunque en otras estancias perdiese con los penta campeones, reconocían en ellos su "jogo bonito" y seguían comprando la camiseta "verde amarella" para hacerle fuerza a estos mismos.

Es decir que, la selección de Brasil, jamás volverá a tener nuestra simpatía, y menos nuestra admiración. Creo que la presente selección no solo permitió que borracen a Ronaldo de la tabla de artilleros, también borraron de nuestras memorias al equipo respetuoso, digno y sublime que siempre fue.
Pero bueno, dejemos a un lado todo ello, y concentremonos en algo bueno que tienen para enseñarnos desde el punto de vista macroeconómico.

Aunque en este mundial no se les dieron las cosas... ¿Se han dado cuenta que en cada cita orbital, este gran equipo tiene renovado casi toda su nómina? 
Son solo unos pocos los que quedan para el siguiente mundial…  Esto ¿Por qué?
Porque entre más jugadores vendas al extranjero, mayor economía alcanza el club, el país, y los jugadores… Si hay mayor cantidad de jugadores debutando en grandes equipos alrededor del mundo, ellos ganan, los clubes ganan, y la economía pública gana. A mayores ingresos por jugador y a mayor cantidad de jugadores, mayor es la contribución por vía de impuestos para el país o los países que se benefician de ello. Ahora, que si tu pais es el organizador de un mundial, pues su economía debe dispararse en porcentajes incalculables.

Por ello, llenar los estadios es impresindible, y también por ello mismo debían ser llevados o ayudados quizá del arbitro español a llegar a una estancia más allá sinó a la final. Con complicidad de la FIFA o no. No se sabe. Lo que sí sé es que la FIFA, volvió a defraudar al mundo cuando le entregaron el balón de oro a Messi. Se vio como un premio de consolación para un jugador que si bien goza de la simpatía del mundo, en este mundial no brilló su talento, su regate, ni su promedio de goles y asistencias por partido. Nisiquiera figuraba entre los mejores calificados bajo sus propias estadísticas: James Rodriguez, Benzemá, Neymar, y Müler estaban en lo alto de la lista.

Y ¿de qué sirvió? Para nada. ¡Qué verguenza con los ingenieros de Castrol! Messi en si mismo, con su rostro, mostró su displicencia y hasta indiferencia. Quizá, no era suficiente para él, ni para el pueblo argentino. Tal vez sintió que no lo merecía, o simplemente, se percató de una lisonja innecesaria, donde otros debieron figurar.
En fín. Sigamos por donde veníamos.

Hablemos de los países que persisten en usar los mismos jugadores cada 4 años y finalmente, cuando ya dejan de asistir a un mundial, porque estos están ya muy veteranos, los cambian.
¿A cuántos países les ha pasado?
A muchos.
La realidad es que sí a un determinado equipo, se le hace el seguimiento adecuado, a cada jugador en el país en su rendimiento, estadísticas de asistencias, goles, bloqueos, etc.
Y si estos se rotaran cada 4 años, la cantidad de jugadores profesionales de un país X tendría una mayor oferta y claro, una mayor demanda de los mismos. Pregúntate esto:
¿Cuántos jugadores habrá vendido Brasil en los últimos 20 años?
¿Cuántos jugadores habrá vendido Colombia en el mismo lapso de tiempo?
¿Cuántos habrán vendido Argentina, Francia, Inglaterra, Italia, el campeón Alemania , o el defensor del título España?
Y ¿Cuántos habrán exportado Perú, Venezuela, Rumania, Canadá, y otros que no asistieron al mundial de Brasil 2014? Y ¿Por qué?
La respuesta es simple:
Si no tienes una amplia oferta, no tendrás gran demanda. Si no tienes gran demanda, no tendrás opciones de escoger jugadores para que te levanten el nivel para una eliminatoria y poder llegar a un mundial.


Se pensaría que solo con que haya en algunos países, nuevas generaciones que puedan ser mejores que otras, y con ello decir que:  ¡ahora si hay con qué llegar o con que ganar!
Pero ¡No! Craso error.
Lo cierto es que de eso no existe la más mínima verdad. Lo cierto es que en el peor de los casos, se tenga como director técnico a un hombre sin visión; o lo peor aún, que sea de aquellos que convoca por amistad o por confianza y no por nivel y experiencia.

Si ha de sorprender un director técnico, debe hacerlo citando a quienes tienen mayor nivel, capacidad, talento, y por sobre todo hambre. ¡Sí hambre!  Hambre de fama, de dinero, de ser alguien en la vida y ser alguien que le dé gloria, orgullo, éxtasis y Amor a su País (y observa que lo he escrito con mayúscula a propósito). Como dice el dicho… Que sude la camiseta por sí mismo y por su País (como es el caso de la actual selección Colombia en manos del señor Pekerman).
Y en esto quiero ser enfático: Cuando vemos que un jugador de talla mundial tiene mucha fama, y demasiado dinero; su talento se opaca, y su estímulo para jugar bien también.

Por lo tanto, la clave es, imparcialidad de técnicos, dirigentes y periodistas (quienes en muchas ocasiones endiosan a los jugadores, o les dan demasiada prensa para que los convoquen), y claro... renovación racional, a lo largo del cuatrienio.

Racional, porque siempre es necesario tener jugadores con experiencia también que le den el temple y la mesura a un partido complicado. Lo que por cierto le faltó a Brasil.

Estoy seguro que si a Neymar lo hubiese acompañado un Ronaldiño en la delantera, y un Kaká en las asistencias, hubiesen estado más tranquilos, y la historia habría terminado con mayor dignidad para ellos.

Teoría política.


Para nadie es un misterio que el fútbol se ha ido convirtiendo paulatinamente en la cortina de humo de muchos países para evitar el descrédito de gobernantes ineficientes o corruptos.  Pasa algo sorprendente-mente escandaloso o dañino para la popularidad de un candidato y/o gobernante, y la solución expedita es: Transmitan fútbol.

En Colombia por ejemplo; cuando más problemas hay a nivel interno, o a nivel externo, es cuando los canales más comunes transmiten más partidos de fútbol.  Pasamos de tener un torneo por año, a tener dos; pasamos de tener la transmisión del Calcio Italiano, a la Liga Española (además del anterior) y claro… La  Libertadores de América que no puede faltar.
¿Por qué?
Porque si el pueblo quiere fútbol, denle fútbol… Menos polémicas, menos manifestaciones por el gasto público, por los salarios a congresistas o por las regalías que no llegan a los más pobres, en fin.  Ya incluso de los secuestrados, nadie habla.

¡No hay mejor bálsamo para olvidar los conflictos de una nación que el fútbol! Y esto no es exclusivo de Colombia, También sucede en Argentina, Venezuela, e incluso con el mismo Brasil.
¿Malo o bueno?

Ustedes juzguen, opinen o compartan… pero no sufran... A fin de cuentas...Esto es sólo un negocio.  Y, bueno: ¡Yo solo digo lo que pienso!