Teoría económica y política.
Teoría económica.
Cuando vemos un mundial de fútbol, buscamos
canales de televisión que den los partidos, luego buscamos canales que hablen
sobre esos partidos, y luego de ello… nos reunimos con amigos a discutir las
jugadas, los casi goles y los goles…
Cómo lo hicieron, y cómo hubiese sido mejor… En fin.
Todo el mundo habla
de ello, a todo el mundo le agrada hablar de ello; y los que no saben de
fútbol, quisieran hablar sobre ello.
EL fútbol es un motor económico que cada
día tiene mayor auge. Por ejemplo: Fijémonos cómo hace 30 años o
20 años, vender a un jugador era muy difícil, muy complicado o muy esporádico.
Hoy vemos que ya es mucho más común. Sí el jugador tiene talento, no necesita
llegar a un mundial para mostrarse como sucedía hace 30 años, para que los
clubes internacionales lo adquirieran por una fuerte suma. En el presente, esa
estancia de la negociación se da incluso cuando hay jugadores talentosos desde la B. Bueno, si es que los dirigentes están interezados en vender jugadores...
Un ejemplo de ello lo vemos en el América de Cali. Lleva en la B demaciado tiempo, pareciera que a los dirigentes solo les intereza sanear las deudas del equipo que darle gusto a la inchada. Pero, ¿para qué van a querer subir si aunque no inviertan en jugadores de talento, siguen llenando estadios? Y ¡a muy bajos costos! Yo también lo haría desde el punto de vista financiero. Pero sus fans, algún día se darán cuenta de ello y pedirán la primera A con su ausencia en los estadios (supongo).
Lo que si es innegable es que los
equipos del mundo saben sacar ventaja de la vitrina que representa ser visto en
un mundial, aunque otros saquen ventaja al contrario, como la mechita.
Hay unos pocos países, directores, técnicos
o directivas de clubes que saben aplicar la teoría económica que quiero
mostrarles.
Observemos por ejemplo a Brasil. Juegue bien o juegue mal, siempre había sido el favorito a quedarse con la copa. Y he dicho había, porque en esta copa 2.014, asistimos a la infámia; lo que sucedió con aquel partido en el que Colombia fue vil mente frenado por Brasil a guallo templado con la complicidad del arbitro, y luego corroborando que en realidad no tenía fútbol para ganarle a Colombia al caer de manera humillante ante Alemania y también con Holanda ¡dudo mucho que ello sea olvidado! Y mucho menos por el pueblo colombiano que aunque en otras estancias perdiese con los penta campeones, reconocían en ellos su "jogo bonito" y seguían comprando la camiseta "verde amarella" para hacerle fuerza a estos mismos.
Es decir que, la selección de Brasil, jamás volverá a tener nuestra simpatía, y menos nuestra admiración. Creo que la presente selección no solo permitió que borracen a Ronaldo de la tabla de artilleros, también borraron de nuestras memorias al equipo respetuoso, digno y sublime que siempre fue.
Pero bueno, dejemos a un lado todo ello, y concentremonos en algo bueno que tienen para enseñarnos desde el punto de vista macroeconómico.
Aunque en este mundial no se les dieron las cosas... ¿Se han
dado cuenta que en cada cita orbital, este gran equipo tiene renovado casi toda
su nómina?
Son solo unos pocos los que quedan para el siguiente mundial… Esto ¿Por qué?
Porque entre más jugadores vendas al
extranjero, mayor economía alcanza el club, el país, y los jugadores… Si hay
mayor cantidad de jugadores debutando en grandes equipos alrededor del mundo,
ellos ganan, los clubes ganan, y la economía pública gana. A mayores ingresos
por jugador y a mayor cantidad de jugadores, mayor es la contribución por vía
de impuestos para el país o los países que se benefician de ello. Ahora, que si tu pais es el organizador de un mundial, pues su economía debe dispararse en porcentajes incalculables.
Por ello, llenar los estadios es impresindible, y también por ello mismo debían ser llevados o ayudados quizá del arbitro español a llegar a una estancia más allá sinó a la final. Con complicidad de la FIFA o no. No se sabe. Lo que sí sé es que la FIFA, volvió a defraudar al mundo cuando le entregaron el balón de oro a Messi. Se vio como un premio de consolación para un jugador que si bien goza de la simpatía del mundo, en este mundial no brilló su talento, su regate, ni su promedio de goles y asistencias por partido. Nisiquiera figuraba entre los mejores calificados bajo sus propias estadísticas: James Rodriguez, Benzemá, Neymar, y Müler estaban en lo alto de la lista.
Y ¿de qué sirvió? Para nada. ¡Qué verguenza con los ingenieros de Castrol! Messi en si mismo, con su rostro, mostró su displicencia y hasta indiferencia. Quizá, no era suficiente para él, ni para el pueblo argentino. Tal vez sintió que no lo merecía, o simplemente, se percató de una lisonja innecesaria, donde otros debieron figurar.
En fín. Sigamos por donde veníamos.
Hablemos de los países que persisten en usar los
mismos jugadores cada 4 años y finalmente, cuando ya dejan de asistir a un
mundial, porque estos están ya muy veteranos, los cambian.
¿A cuántos países les ha pasado?
A muchos.
La realidad es que sí a un determinado
equipo, se le hace el seguimiento adecuado, a cada jugador en el país en su
rendimiento, estadísticas de asistencias, goles, bloqueos, etc.
Y si estos se rotaran cada 4 años, la cantidad
de jugadores profesionales de un país X tendría una mayor oferta y claro, una
mayor demanda de los mismos. Pregúntate esto:
¿Cuántos jugadores habrá vendido Brasil en
los últimos 20 años?
¿Cuántos jugadores habrá vendido Colombia
en el mismo lapso de tiempo?
¿Cuántos habrán vendido Argentina, Francia,
Inglaterra, Italia, el campeón Alemania , o el defensor del título España?
Y ¿Cuántos habrán exportado Perú,
Venezuela, Rumania, Canadá, y otros que no asistieron al mundial de Brasil
2014? Y ¿Por qué?
La respuesta es simple:
Si no tienes una amplia oferta, no tendrás
gran demanda. Si no tienes gran demanda, no tendrás opciones de escoger
jugadores para que te levanten el nivel para una eliminatoria y poder llegar a
un mundial.
Se pensaría que solo con que haya en algunos países, nuevas
generaciones que puedan ser mejores que otras, y con ello decir que: ¡ahora si hay con qué llegar o con
que ganar!
Pero ¡No! Craso error.
Lo cierto es que de eso no existe la más
mínima verdad. Lo cierto es que en el peor de los casos, se tenga como director técnico a un hombre sin
visión; o lo peor aún, que sea de aquellos que convoca por amistad o por
confianza y no por nivel y experiencia.
Si ha de sorprender un director técnico,
debe hacerlo citando a quienes tienen
mayor nivel, capacidad, talento, y por sobre todo hambre. ¡Sí hambre! Hambre de
fama, de dinero, de ser alguien en la vida y ser alguien que le dé gloria, orgullo,
éxtasis y Amor a su País (y observa que lo he escrito con mayúscula a propósito). Como dice el dicho… Que sude la camiseta por sí mismo
y por su País (como es el caso de la actual selección Colombia en manos del señor Pekerman).
Y en esto quiero ser enfático: Cuando vemos
que un jugador de talla mundial tiene mucha fama, y demasiado dinero; su
talento se opaca, y su estímulo para jugar bien también.
Por lo tanto, la clave es, imparcialidad de
técnicos, dirigentes y periodistas (quienes en muchas ocasiones endiosan a los
jugadores, o les dan demasiada prensa para que los convoquen), y claro... renovación
racional, a lo largo del cuatrienio.
Racional, porque siempre es necesario tener jugadores con experiencia también que le den el temple y la mesura a un partido complicado. Lo que por cierto le faltó a Brasil.
Estoy seguro que si a Neymar lo hubiese acompañado un Ronaldiño en la delantera, y un Kaká en las asistencias, hubiesen estado más tranquilos, y la historia habría terminado con mayor dignidad para ellos.
Teoría política.
Para nadie es un misterio que el fútbol se
ha ido convirtiendo paulatinamente en la cortina de humo de muchos países para
evitar el descrédito de gobernantes ineficientes o corruptos. Pasa algo
sorprendente-mente escandaloso o dañino para la popularidad de un candidato y/o
gobernante, y la solución expedita es: Transmitan fútbol.
En Colombia por ejemplo; cuando más
problemas hay a nivel interno, o a nivel externo, es cuando los canales más
comunes transmiten más partidos de fútbol. Pasamos de tener un torneo por año,
a tener dos; pasamos de tener la transmisión del Calcio Italiano, a la Liga Española (además del
anterior) y claro… La Libertadores de América que no puede faltar.
¿Por qué?
Porque si el pueblo quiere fútbol, denle fútbol… Menos polémicas, menos manifestaciones por el gasto público, por los
salarios a congresistas o por las regalías que no llegan a los más pobres, en
fin. Ya incluso de los secuestrados, nadie habla.
¡No hay mejor bálsamo para olvidar los
conflictos de una nación que el fútbol! Y esto no es exclusivo de Colombia, También sucede en Argentina, Venezuela, e incluso con el mismo Brasil.
¿Malo o bueno?
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