POKEMON GO

El video juego de moda, la aplicación más divertida, el pasatiempo más peligroso de frente a un teléfono inteligente.
Andar por las calles en búsqueda de los preciados pokemones, se ha vuelto no solo una adicción para quienes ya descargaron la aplicación, también está convirtiéndose en un motivo para hacer dinero de parte de transportadores particulares en Cali y quizá en otras ciudades del Valle. En una van, auto, moto o bicicleta se ven adictos al mencionado juego, estacionar repentinamente para capturar su mascota virtual.

Pero el peligro mayor lo representa el hecho de caminar por la ciudad entretenido en su móvil sin darse cuenta de que los que gustan de lo ajeno, en especial de los equipos de alta tecnología andan tras ellos. Conviene hacer varias recomendaciones de seguridad a los chicos y chicas que están pegados de lo último en entretenimiento.

De igual modo, en tiempos de problemas para los adultos, estos juegos se convierten en una fuerte metodología de escapismo. Sin embargo cabe mencionar que la seguridad, y prevenir atracos violentos en la calle, es mejor que lamentar. Porque no es solo una cuestión de padres, y educadores en las aulas de los diferentes planteles educativos, también es motivo de reflexión de los adultos que gustan de distraerse con este juego u otros.

Hoy Pokemon go, es motivo de artículos, grafitis, caricaturas, y memes en las redes sociales entre otras. Está en auge y está bien. Cuando algo es bueno, es divertido, y es de calidad, todos lo comparten. Empero es también imperativo tomar medidas de seguridad personal que impidan el hecho de exponerse al peligro latente que del mismo modo se vive hoy por hoy y es una constante de tiempo atrás.

Es muy plausible que el video juego estimule a jóvenes y a adultos a caminar, a descubrir en medio de la realidad, otra dimensión, u otra realidad virtual. Para muchos adictos al chat, y a las redes sociales, quienes de momento ya hayan decidido ensayar el juego, quizá para algunos, sea el encuentro con una flor, o con otras maravillas de la naturaleza que hasta ahora le habían pasado desapercibidas.

Lo único malo del mismo, es que puede ser un mecanismo de escapismo tan fuerte que nos aleje de la familia, los amigos reales, la inventiva, y de todo lo que en realidad importa en la vida.